Hace unos días tuvimos la ocasión de tener una reunión y recibir un briefing de una de las principales marcas de vehículos de alta gama.
El objetivo principal era vender coches cuyo precio de entrada está por encima de los 30.000€.
Los datos principales eran los siguientes:
-La media de antigüedad del parque automovilístico en España es de 12/15 años.
-La media de antigüedad de los coches de alta gama es de 8 años.
-Se venden 1.500.000 de coches al año y entre el 10% y el 15% de ellos se los reparten, las marcas premium.
Había limitaciones respecto a las zonas geográficas donde teníamos que comunicar la promoción.
No podíamos contar con datos de compradores de años anteriores ni de ninguna procedencia dado que no estaban disponibles para la acción.
Y, por último, nos requerían para ello una campaña programática para dicha captación…
De ahí el titulo del post. Con esta deriva de pedir las cosas sin saber que se pide, pensando que con solo necesitarlo y pedirlo las cosas ocurren, pasamos de ser un actor de publicidad a un actor de Hogwarts, escuela de magia, donde Harry, Hermione y Ron, con su varita mágica, son capaces de conseguir cualquier cosa que se les pida independientemente de las posibilidades reales de conseguirlas.
Esto me recuerda cuando era pequeño y veía por primera vez la película de Superman. Qué recuerdos… Llegabas a casa, te hacías una capa y con el puño en alto corrías alrededor de todos como si fueras el superhéroe.. Menos mal que no se me ocurrió intentarlo desde lo alto de una tapia.