Desde su creación en 2016, Tik Tok se ha consolidado como una de las plataformas más utilizadas por el sector juvenil. En anteriores posts ya os hablamos de su impacto entre los jóvenes de 11 a 18 años, cuya evolución ha desembocado en el uso por parte de empresas y marcas como canal propio para impactar e interactuar con sus usuarios a través del formato vídeo de 15 segundos de duración (aproximadamente).

Por otro lado, a diferencia de otros sectores y plataformas, la pandemia apenas hizo mella en la red social, donde aumentó tanto su volumen de usuarios como impacto de marca, superando el umbral de las 22 horas de uso activo mensual en los mercados internacionales (Fuente:  estudio Warc). Esto ha convertido a la plataforma en un auténtico imán para marcas y anunciantes, principalmente en los mercados de España (+391% de usuarios en 2020), Alemania (+353%), Francia (+312%), Italia (+301%) y Reino Unido (+282%), según datos de la consultora Ampere.

Así mismo, también se ha observado un incremento entre los usuarios pertenecientes a la Generación Z en Estados Unidos, superando otras plataformas de temática similar como Instagram o Snapchat, cuyas funcionalidades y herramientas cada vez se distinguen menos unas de otras. La encuesta de Warc también señala que el 44% de los directores de marketing derivarán una mayor inversión a Tik Tok durante los próximos meses, otorgándole más importancia a su contenido original y creativo como factor clave de diferenciación.

Pero debemos preguntarnos, ¿De dónde proviene este acrecentado éxito? Una de las posibles respuestas puede achacarse a su base principal, la inteligencia artificial con la que opera mediante un algoritmo desarrollado por la empresa tecnológica ByteDance. Algoritmo que la compañía matriz ha comenzado a vender a otras empresas (Fuente: Financial Times).

Este algoritmo podría considerarse uno de los factores clave del éxito de la plataforma, fundamentado en el ofrecimiento de recomendaciones según las interacciones del usuario: likes, hashtags utilizados, ubicación, idiomas, comentarios… o creaciones de contenido propias. De esta forma, se muestra contenido personalizado según el algoritmo va segmentando conforme las interacciones del usuario avanzan, llegando a ofrecerte contenido exclusivo que te tenga absorto durante cuatro horas sin pestañear (a una amiga mía le ha pasado. Bueno vale, te lo voy a decir, la amiga soy yo).

Así, ByteDance busca vender su algoritmo de Inteligencia Artificial a otras empresas, diversificando su negocio a través de la línea BytePlus, con varios clientes internacionales (Chilibeli, GamesApp, Singapur WeGo…). Entre ellos se encuentra la aplicación de calzado de moda Goat, con la innovación tecnológica como uno de sus estandartes principales, ya que en su aplicación ofrece la posibilidad de ver cómo puede quedarnos el calzado seleccionado usando la cámara de cualquier dispositivo. Así, las empresas podrán personalizar el algoritmo obtenido, adaptándolo según las necesidades de sus clientes y aplicaciones correspondientes.

Dentro de sus múltiples servicios, ByteDance incluye también la traducción automática de voz y texto, herramientas de análisis de datos, y efectos para vídeo en tiempo real. Otra de sus muchas funcionalidades comprende una tecnología de visualización que permite detectar y rastrear 18 puntos alrededor del cuerpo de cualquier usuario mientras realiza gestos o movimientos de baile, todo ello ya aplicado a la protagonista de este texto. Todas estas funcionalidades pueden aplicarse en el desarrollo de distintas aplicaciones, abarcando un mercado operativo tanto en el sector de la moda, financiero, o de viajes.

Tik Tok se suma así a una prestación de servicios ya utilizada por gigantes de la tecnología como Amazon, Google o Microsoft, ofreciendo su algoritmo de Inteligencia Artificial a terceros. De esta forma, Tik Tok amplía su gama de servicios a través de la oferta de uno de sus secretos mejor guardados, dejando vía libre para que otras plataformas amplifiquen sus funcionalidades más allá de la difusión de contenido. Se abre una nueva brecha de actividad en la que las redes toman el control, no solo a la hora de generar publicidad a través colaboraciones con marcas internacionales o influencers notorios (esa asignatura ya está más que aprobada), sino mediante nuevas formas de comercialización con herramientas de núcleo propio que otras empresas pueden utilizar para su uso, disfrute y adaptación.

¿Cuál será el siguiente paso? Recordemos que redes como Facebook ya se lanzaron a la creación de contenidos audiovisuales propios (con mejor o peor resultado, @Quibi…), o el nuevo objetivo de conquista del gigante Netflix en el sector de los videojuegos. La batalla campal por erigirse como plataforma líder ha comenzado, y Tik Tok acaba de sacar una de sus armas más potentes.