Esta semana venimos a tratar un tema más cercano a la ciencia ficción que al marketing.
Se trata del metaverso, un fenómeno que, en un futuro próximo, hará real algunas de las previsiones que nos mostraba la serie Black Mirror en sus trepidantes capítulos.
Si todavía no lo conoces, prepárate para incrustarlo en tu cabeza en los próximos meses, ya que según parece, tendrá la misma tendencia que el bitcoin en los últimos años. Además, es una idea que no posee una forma definida, quedando abierta a la imaginación y a las diferentes suposiciones de los usuarios.
Si bien este término aparece escrito por primera vez en 1992, en la novela de género ciberpunk Snowcrash del escritor estadounidense Neal Stephenson, no ha sido hasta este verano de 2021 que ha reaparecido y se ha colado en todos los periódicos y medios tecnológicos.
Pues bien, existen diferentes definiciones de lo que puede llegar a ser el metaverso. Según Marck Zuckerberg: “Será un internet personificado, operado por diferentes usuarios de forma descentralizada”. Por otra parte, Rev Lebaredian, CEO de Nvidia, afirma: “Estaremos hablando de crear otra realidad, otro mundo tan detallado como el mundo real”. Internet del futuro, Internet 2.0, mundo virtual, cruce entre el mundo real y el virtual…
En resumen, un mundo virtual en 3D, interactivo, inmersivo y colaborativo. Eso es precisamente lo que quieren llevar a cabo algunas de las empresas más grandes del sector, tales como Facebook, Microsoft o Nvidia.
¿Te imaginas poder llevar una vida en paralelo a tu vida real dentro de un mundo virtual? En él, podrías acudir a conciertos, eventos, exposiciones de arte… o incluso trabajar en tu propia oficina.
La realidad virtual, tecnología mediante la cual se da forma a este mundo, lleva desde los años 80 bajo investigación y desarrollo. A día de hoy, no se han conseguido desarrollar unas gafas de realidad virtual que sean asequibles para todos los usuarios, por lo que, la llegada del metaverso dependerá en gran parte, de la evolución de dicho sector.
Se pretende que el metaverso sea completamente descentralizado, es decir, que no sea dirigido por una o varias empresas, sino que esté interconectado entre los diferentes usuarios como ocurre con internet.
Dicha descentralización abre la puerta a otra tecnología que quizás te suene, y de la cual hemos hablado previamente en nuestro blog, el Blockchain.
La posibilidad de incluir dicha tecnología abre un abanico de posibilidades inmensas tales como la creación de una economía virtual con Bitcoins o la capacidad de crear un mundo autogestionado.
Esta idea tan ambiciosa del metaverso está siendo un reclamo para las grandes empresas tecnológicas que han iniciado su carrera por la creación del primer “mundo virtual”.
El que parece estar en cabeza de carrera es Facebook, quien viendo peligrar su monopolio publicitario, ha tomado riendas en el asunto. En 2014 adquirió Oculus, empresa dedicada a la fabricación de gafas de VR, y poco tiempo después, creó “Horizon Workrooms” una plataforma en la que poder llevar a cabo reuniones inmersivas mediante las gafas de realidad virtual.
Marck Zuckerberg contaba con la idea de crear un mundo virtual desde el instituto, pero no es el único interesado en dar forma a esta idea. Sin ir más lejos, Epic Games, empresa desarrolladora de videojuegos como Paragon o Fortnite, ha lanzado una ronda de financiación de 1000 millones de dólares para dar comienzo a un proyecto con el cual se consiga crear este mundo 3D. Ellos mismos han dado los primeros pasos en cuanto a lo que podemos esperar del metaverso, celebrando conciertos multitudinarios dentro de su juego o dando la capacidad a los usuarios de disfrutar de eventos únicos desde el sofá de su casa. Sin embargo, estos eventos carecen de esa sensación de inmersión 3D, por lo que aún queda mucho camino por recorrer.
No obstante, el metaverso no se ciñe únicamente al sector de los videojuegos, va mucho más allá. Según Jensen Huang, CEO de Nvidia: “En los próximos años, toda fábrica y todo edificio tendrá un gemelo digital que simulará y replicará la versión física de él». El propio Nvidia cuenta con su propio proyecto de metaverso llamado Omniverso, en el cual quieren hacer posible probar entornos industriales a escala real. Ya han realizado su primera prueba replicando a escala real la fábrica de BMW situada en Resengurg, Alemania.
Otra empresa tecnológica que se une a la moda es Microsoft, quien habla de este fenómeno como un “metaverso empresarial” del cual da pocos detalles, y es que se espera que esta tecnología pase de mover 17.000 millones de dólares, como hizo en 2020, a 184.000 millones en 2026, según las estimaciones de Intelligence Mordor.
Toda esta idea genera grandes expectativas empresariales, pero a su vez lo hacen las posibles repercusiones que puede tener este “mundo virtual” en la sociedad. Disociación de lo real y lo virtual dando lugar a graves trastornos psicológicos, adicción por un mundo irreal y, en ocasiones, “preferible a la vida real”, violencia y agresiones a los cuerpos virtuales o diferenciación por clases en base a la indumentaria y al poder económico.
Mi mayor preocupación sobre el metaverso es: ¿estamos listos?», dijo Avi Bar-Zeev, fundador de la consultora de realidad virtual y realidad aumentada RealityPrime y ex empleado de Apple, Amazon y Microsoft, donde trabajó en HoloLens.
La misma pregunta que se hace Bar-Zeev la trasladamos a nuestro sector: ¿Qué futuro le espera al marketing y a la publicidad con la creación del metaverso?
Siempre se nos ha considerado un sector camaleónico y capaz de adaptarse a los diferentes cambios provocados por los avances de la tecnología. La aparición de un medio completamente virtual e inmersivo arroja miles de posibilidades tales como nuevos intereses, formatos, o medios por los que hacer llegar el producto a los diferentes usuarios que se encuentren en él.
Según Mark Zuckerberg, la publicidad está destinada a ser un recurso clave en el metaverso, pero todavía queda por descubrir cuáles serán nuestras oportunidades.