La transformación digital se puede definir como la integración de las nuevas tecnologías en todas las áreas de una empresa para cambiar su forma de funcionar. El objetivo es optimizar los procesos, mejorar su competitividad y ofrecer un nuevo valor añadido a sus clientes.
Desde hace unos años, la mayoría de las compañías no dejan de comentar como eje principal de sus activos la tan manida transformación digital de sus organizaciones.
¿Cuál es la verdad de todo esto? Según nuestra experiencia con clientes/compañías de todo tipo, no es cierto. No hay una estrategia clara y definida en la mayoría de las ocasiones y siguen inmersos en cambios parciales o parches que nada tiene que ver con la transformación digital.
¿Por qué ocurre esto? Miedo al cambio, falta de conocimiento, miedo a la tecnología, falta de visión transversal que, con la digitalización, te permita mayor conocimiento del cliente, mejoras en la comunicación, eficiencia en costes, etc.
Entendemos que a muchas compañías les cueste hacer el cambio, sobre todo a las más grandes, pero es inevitable hacerlo si no quieres perder cuota de mercado e interés por parte del consumidor/cliente.
Estos cambios, normalmente, suelen ser culturales, por tanto, muchas de las personas de la compañía no están preparados para asumirlo ni para salir de su zona de confort, con lo cual buscan excusas de todo tipo para comenzar a dar el paso. Este problema conlleva la necesidad de hacer sustituciones de cargos/personas que permitan que dichos cambios se hagan con la mayor rapidez.
La solución típica al problema, el parche que casi todas las empresas llevan a cabo es crear una división digital con la que comience la transformación. Dicha división digital tiene como principal ítem crear una página web y a través de ella generar el mayor número de ventas, replicando esto mismo al entorno móvil.
Esta división o equipo permanece aislada del resto de la organización, como un ente encapsulado, donde nadie del resto de la compañía entiende ni sabe lo que hace.
Este equipo no tiene información sobre la comunicación corporativa, ni la comercial, ni el CRM ni tampoco del Call o Contact Center, si acaso lo tuvieran contratado. Transformar la cultura de una empresa para que ésta sea más digital es una tarea muy complicada. Sin conocimiento previo, es difícil tener un pensamiento integrador que dé respuesta a todos los cambios que hay que realizar.
Esta realidad, guardando las distancias, es algo similar a lo que ocurrió hace más de 30 años con la incorporación del ordenador en las empresas. Ese momento también fue un cambio de paradigma, una manera completamente distinta de hacer las cosas, de compilar la información de una manera determinada, de recuperarla rápidamente, de ser más eficientes con el trabajo realizado y de tener más control sobre lo que se hacía.
¡¡Y qué decir de la llegada de internet y con ello de la incorporación y uso del correo electrónico!! Todavía recuerdo a más de una secretaria imprimiendo los correos para que los leyera el jefe porque no sabía ni como entrar en el correo… Lo dicho, cambio de paradigma y de personas que puedan empujar dicho cambio.
Mientras tanto, Grupo Ideonomía seguirá ayudando a entender, incorporar y formar a toda aquella empresa que lo necesite con la finalidad de hacer su travesía al cambio de una manera más sencilla.