
Movimiento anti-influencer
En los últimos años, el marketing de influencers ha ido ganando mayor peso como una de las técnicas más utilizadas a la hora de representar a las empresas, principalmente en redes sociales. Los consumidores están cada vez más cansados de los anuncios tradicionales y las marcas, conscientes de ello, buscan otras maneras de conectar con los usuarios en sus entornos habituales de relación.
Sin embargo, la colaboración entre marcas e influencers se ha podido ver desafiada en los últimos años debido a la falta de transparencia sobre los patrocinios, motivando una mayor regulación de esta industria, por parte de las autoridades.
Anteriormente ya os hablamos sobre el marketing de influencers, y de su capacidad para ser referentes entre los seguidores de las redes en las que están presentes. Se trata de una práctica de ventas que ha funcionado muy bien hasta ahora, sobre todo tras el periodo de pandemia en el que no nos quedó otra, que estar más pendientes que de costumbre de los teléfonos móviles.

Fuente: elaborado a partir de la Inteligencia Artificial de la web Lexica.art, 2023.
En todo este tiempo, estos referentes se han labrado sus carreras, a partir de la influencia que ejercían sobre los usuarios, a la hora de recomendar productos o servicios, y, en consecuencia, incentivarlos a comprarlos. Sin embargo, el nuevo movimiento anti-influencers ataca directamente a la línea de flotación de esta tendencia, en materia de credibilidad.
Los anti-influencers se describen a sí mismos como aquellos compradores compulsivos que gastaron en su momento miles de dólares en ofertas virales, y que luego se dieron cuenta de que esos productos no valían realmente la pena. Ahora, a modo de venganza, informan a los usuarios sobre qué no comprar, contrarrestando así la creciente presión por gastar más ante las tendencias virales, y obligando a las marcas a crear mejores productos para no estar posicionados en la “lista negra” de productos no recomendados.
La Generación Z es la generación que está más involucrada en el "social commerce". “El social commerce es una forma de comercio online que utiliza las redes sociales como un canal de ventas, tanto de productos como de servicios, siendo una de las estrategias de venta online más efectivas para un e-commerce” (Duro, 2021). La Generación Z tiene un 23% más de probabilidades de realizar compras impulsivas, y un 27% menos de probabilidades de dedicar tiempo a encontrar las mejores ofertas, según los datos de Gobal Web Index (GWI).
Sin embargo, este tipo de compra está atravesando por un receso por primera vez desde sus inicios. La cantidad de usuarios de la Generación Z interesados en personas influyentes ha disminuido un 12% desde 2020, así como también la cantidad de personas que toman nota de lo que usan las personas influyentes cayó un 16% desde entonces (El Economista, 2023).
La desinfluencia de este tipo de referentes está teniendo un papel muy importante en redes como Instagram y Tiktok. Este movimiento ofrece honestidad y transparencia sobre aquellos productos virales que en un primer momento han sido promocionados por aquellos a quienes se les incentivaba económicamente.
Con este movimiento, estos anti-influencers están haciendo videos virales en los que enumeran aquellos productos o servicios que no merecen la pena. Lo hacen bajo el hastag #desinfluencing, el cual ya ha acumulado más de 152 millones de visitas en Tiktok hasta el pasado febrero (El Economista, 2023).
Si a esto le sumamos, la creciente desconfianza de los consumidores sobre el contenido patrocinado por los influencers, vemos peligrar en gran medida este tipo de estrategia publicitaria para las marcas. Este escepticismo fue debido al gran aumento del contenido patrocinado en las redes sociales en el último año, lo que ha derivado en cuestionar la autenticidad de las recomendaciones realizadas (Machio, 2023).
¿Cómo debería ser un verdadero influencer? Un buen influencer tendría que ser una persona auténtica y transparente con su audiencia, el cual debería realizar las recomendaciones oportunas compartiendo su opinión, basada en su propia experiencia y no tratando de ser alguien que no es.
El impacto que generan este tipo de personajes en los usuarios es muy relevante en la actualidad, por lo tanto, la honestidad que demuestren debería de estar por encima de todo. Deberían evitar la publicidad engañosa asegurándose de que su audiencia está bien informada sobre los productos o servicios que promueven, así como también cerciorarse de no promover aquellos que sean dañinos o peligrosos para ellos.
Si todo esto se cumpliera, y estos personajes se comportaran de manera responsable con sus seguidores, estaríamos ante una comunidad más sana, basada en la verdad, en la que solo patrocinarían aquello que realmente comprarían si fueran ellos mismos los usuarios.
Esta nueva manera de "desinfluir” podría sentar las bases de una nueva etapa en las redes sociales, en la que se promueva la empatía hacia las marcas que antepongan la sinceridad de sus influencers, recomendando aquellos productos que verdaderamente les gusten, y no haciéndolo con aquellos que no tengan como resultado aquello que prometen las marcas.
Al fin y al cabo, nos encontramos en un momento de continuo cambio social, y a pesar de que este movimiento anti-influencer tiene solo unas pocas semanas, puede representar un verdadero dolor de cabeza para esta industria.
¡Te esperamos en el siguiente post!
BIBLIOGRAFÍA
https://eleconomista.com.ar/actualidad/el-auge-anti-influencers-n59728
https://www.inboundcycle.com/blog-de-inbound-marketing/social-commerce