28/05/2021

Procesos de aprendizaje y adaptación al mundo laboral.

En una situación de paro juvenil como la que hay actualmente en España (el rango de edad de los menores de 25, representa el 37,7%) encontrar trabajo con 22 años en el sector para el que has estudiado durante los últimos 5, podría considerarse “un golpe de suerte”. 

Durante la carrera, te enseñan “conceptos básicos y fundamentales” que debes dominar para desenvolverte en un entorno cambiante y dinámico como es el de nuestro sector, la publicidad, enfocándose sobre todo en la creatividad, cómo trabajarla y cómo crear el anuncio más bonito con el copy más llamativo que consiga emocionar al consumidor. De esta forma, dejan de lado, el pensamiento, y el conocimiento, fundamentales para poder ordenar poco a poco tu cabeza y por tanto las ideas que surgen ante las circunstancias que se te pueden plantear cuando empiezas a trabajar. 

Cuando ves que se está acabando tu etapa universitaria piensas ¿y ahora qué? ¿me van a contratar en algún sitio solo con la carrera? Teniendo en cuenta que ahora mismo, se hace muy difícil acceder a cualquier puesto de trabajo si en tu cv solo se registra tu carrera, y por tanto acceder a unas prácticas, remuneradas con suerte, debes empezar un proceso: informarte, hablar con conocidos, investigar las posibilidades, pensar en lo que más te ha gustado durante la carrera y en lo que quieres especializarte; “Genial, quiero hacer un máster” ¿Qué máster hago? mismo proceso, informarte, investigar y tomar una decisión, decisión que tomas, como es en mi caso partiendo de una situación privilegiada en la que puedes acceder a una titulación que requiere de un desembolso que no todo el mundo puede acarrear. 

Ya en el máster (algo más especializado a priori), entras en materia, y a pesar de que te enseñan a tratar con clientes reales y cómo ayudarles con las necesidades que presentan y los objetivos que tienen dando soluciones rápidas a problemas aislados, la realidad va mucho más allá de todo esto. 

Una vez te dan tu primera oportunidad laboral y por fin vas a aplicar todo lo que has aprendido, te das con un muro altísimo y de hormigón que te separa de quienes están al otro lado, compañeros que llevan más de 15 años en la profesión y que en una primera conversación, ven y ves el GAP que hay entre ellos y tu, te frustras. ¡QUE NO CUNDA EL PÁNICO!, no están para humillarte, ni para hacerte ver lo poco que sabes. Para tu sorpresa, rodean el muro y te ayudan a escalarlo poco a poco, enseñándote y dándote herramientas de aprendizaje, obligándote a pensar, a informarte, a tener “curiosidad intelectual”, a hacer las cosas con sentido común y a ordenar los pensamientos antes de hablar; todo esto lo escribo ahora y puede parecer fácil, pero una pista: no lo es. 

Los procesos que habías establecido hasta ahora para “aprender” y para afrontar cada situación que se te había presentado en tu vida, no sirven para nada o al menos, no con ese criterio y orden. 

Aquí he aprendido (y sigo aprendiendo) a interiorizar procesos de actuación, haciendo análisis previo, consultando las diversas fuentes de información que hay a nuestro alcance, y hacer ese proceso de “autoformación” del que se habla continuamente. Se cometen errores, muchos, algunos más leves y otros que suponen algún disgusto pero todos te hacen aprender y ver que el camino es largo y a veces duro, pero también muy satisfactorio. 

Me han enseñado sobre negocio, a cómo defender mis ideas y actuar con decisión y seguridad, a no hacerme pequeña cuando las cosas se ponen feas y a ser exigente y perfeccionista con todo lo que hago como ellos lo son conmigo. A hablar con clientes, saber dar respuesta a lo que piden y necesitan o hacerles ver cosas que no han visto aún, en nuestra mano está ser guía en los temas que dominamos. También a ser determinante y organizada y a bajar las ideas “de lo general a lo particular”. Hablar de marketing sin decir nada es fácil, decir palabras rimbombantes y que suenan bien, todavía más, pero ser preciso y veraz, se aprende y se demuestra con tiempo y dedicación. 

Algo muy importante y de lo que te das cuenta cuando entras en un sector como es el de la publicidad (aplicable al resto de situaciones de la vida) es que cuanto más sabes, más tienes que aprender; porque nunca es suficiente, este mundo es cambiante y se actualiza a cada día que pasa, no hay un solo día en el que no haya noticias sobre una nueva herramienta, un nuevo soporte o algo que sea definitorio y decisivo para nuestro trabajo diario y ahí es donde y como debemos estar, altamente informados. 

Si echo la vista atrás dos años más tarde y habiendo cumplido los 24, veo que el camino a recorrer si me quiero convertir en una profesional del sector, diferenciada y con altas capacidades es largo, duro y con muchos altibajos, pero lo ya recorrido me hace ver que estoy en el camino y en el sitio adecuado, escalando el muro de la mano de las personas que me ayudan a seguir aprendiendo cada día y que buscan en mi una relación en la que ambas partes salen beneficiadas, demostrando cada día que el trabajo duro y la dedicación marcan la diferencia y te ayudan a ver lo que vales. 

Quiero y espero que sean muchos años más, y dentro de no tanto, estar al otro lado del muro.